Por: Miguel Ángel Bueno Pérez
Foto: Miguel Ángel Bueno Pérez. 2008Si me dejas lavar tus pies estaras siempre conmigo. Cuantos de nosotros tuvimos el privilegio de niños, de recibir la bendición de ser lavados nuestros pies y nuestras almas por un sacerdote. Ruego a Dios que esta tradición no pase a los adultos.
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