La frontera le abrió la puerta al Sida en Norte de Santander


En 1998 empezó una carrera vertiginosa para Norte de Santander, en la que la tasa de mortalidad asociada al virus de inmunodeficiencia adquirida VIH sida ha aumentado año a año, dejando una cifra poco alentadora de 7,03 pacientes fatales por cada 100 mil habitantes, solo hasta 2011.

A esto se suma el número de casos notificados por esta enfermedad de transmisión sexual en 2012, al conocerse por un estudio certificado de la Organización de las Naciones Unidas enfocada en estadísticas y datos relacionados con el Sida que por cada 100 mil habitantes, entre 21 y 22 personas estuvieron infectadas en Norte de Santander.

El ascenso de la mortalidad que tipifica el estudio inicia en 1998, cuando por cada 100 mil habitantes, 3,43 de ellos fallecieron por la enfermedad; en 1999 la cifra subió a 4,24, pero en agosto de 2000 bajó a 4,12.

Un año después llegó a 6,25, pero su aumento siguió en 2002 y llegó a 6,69. Para 2003, el Gobierno fortaleció sus campañas de prevención y se cree que por eso el índice bajó a 5,73, pero la preocupación alcanzó un pico alto en 2004, al conocerse que por cada 100 mil habitantes 7,38 pacientes fallecieron.

Al año siguiente, la cifra se mantuvo casi igual. Luego comenzó a bajar de  6,62 en 2006 a 5,02 en 2008. Aunque en 2009 otra vez empezó la racha de contagiados y la mortalidad, al contabilizarse 5,60 en ese año y 6,47 en 2010. Los siguientes años el virus siguió creciendo en la región hasta llegar en 2011 a 7,03 fallecidos por cada 100 mil habitantes, entre los 25 y 29 años de edad.


Los otros del ranking
En ese ranking a Norte de Santander lo acompañan Amazonas, Valle del Cauca, Risaralda, Caldas, Cesar, Atlántico y Quindío, este último, con la cifra más alta a nivel nacional, con 15,7 de mortalidad por cada 100 mil habitantes en 2001.

El estudio también revela que desde 1985 y hasta diciembre de 2013 han muerto 92.379 personas en Colombia por el desarrollo de VIH, que al pasar a fase terminal se convierte en sida. Solo en 2012 fueron notificados al Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) 7.624 casos de infectados, cifra que un año después alcanzó los 8.208 pacientes.


La prostitución fue la llave al virus
Para la Secretaría de Salud de Cúcuta y el Instituto Departamental de Salud, la capital del departamento y su área metropolitana, así como parte del Catatumbo y Ocaña resultan un corredor atractivo para ejercer la prostitución, teniendo en cuenta que de Venezuela llegan algunas mujeres que buscan vender su cuerpo por pesos colombianos, que al cambio en bolívares resulta de provecho en sus economías.

Esta es una de las razones por las que Norte de Santander ha venido ocupando los primeros lugares según lo muestran los índices del contagio de la enfermedad, al estar por encima de departamentos como Atlántico, Córdoba, Santander, Antioquia, Cundinamarca y capitales como Bogotá.

Prueba de ello es una mujer de 36 años de edad que reside en uno de los municipios del área metropolitana de Cúcuta, y que hace parte de una fundación privada y sin ánimo de lucro que recibe y asesora a pacientes que estén desarrollando el virus. 

Ella, venezolana, llegó a Colombia hace 16 años con parte de su familia para montar un negocio o un local comercial, pero las oportunidades laborales les fueron esquivas, por lo que sus allegados regresaron a su país, pero ella decidió instalarse en Cúcuta, donde conoció a su pareja, con la que convivió dos años.

“Nos dejamos por varios problemas, entonces yo tuve que empezar a buscar trabajo en lo que me saliera, porque no quería regresar a Venezuela. Hasta que me tocó trabajar en un sitio nocturno. Ahí duré unos años, quedé embarazada y tuve un niño”, comenta la mujer, quien desarrolló el virus.

Cuenta que en su trasegar tuvo que atender a muchos turistas, no solo de Venezuela, sino de Argentina y Perú, destino de donde es oriundo el padre de su hijo. “El papá del niño se fue y me dejó acá. Cuando yo supe que tenía la enfermedad, tenía miedo que el niño también la desarrollara, pero aún está aplacada”.

Lo que hoy teme es que cuando ella falte, su hijo no sufra, por lo que busca dar con el paradero del padre, a través de la fundación de la que hace parte.

“Soy consciente de que esto es culpa mía y producto de una irresponsabilidad, pero al ver llegar pacientes a la fundación siento que faltan muchas campañas y políticas de ayuda acá en la región. Sí hay actividades, pero falta ir a las universidades, a los colegios, y hasta en los buses la gente se tiene que enterar del riesgo. Últimamente en el IDS han estado alejados con el tema”, recalcó la mujer.

El Ministerio de Salud y Protección Social ha venido enfocando campañas para la promoción y prevención de esta y otras enfermedades de transmisión sexual con algunas tácticas en discotecas y lugares públicos, como la adquisición y suministro de condones gratis, para concientizar el uso frecuente.

A nivel nacional también se han divulgado en productos multimedia materiales y piezas comunicativas que buscan prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Aunque el Instituto Departamental de Salud se negó a revelar las cifras actuales de esta enfermedad, uno de los datos que se conoció es que la edad de los pacientes oscila entre los 15 y los 39 años.
Tomado de La Opinión


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