De esos surcos surgirán un día hombres de recia contextura moral marcados quizás a semejanza de nuestros semidioses del pasado con sello de grandeza y que llevaran el terruño al pináculo del bienestar deseable impelidos por esa atracción de su sin igual pretérito, y para terminar testimoniemos una vez más nuestros vivos sentimientos de veneración por este sitial donde se cinceló la piedra angular de nuestra democracia y mil atributos de alabanza para esta raza que es la gloria de la patria y orgullo de sus fronteras.
Comisionados que llevaron en sus mentes el panorama de un porvenir luminoso para nuestra Villa. (18 de febrero 1940, Miguel Peñaranda - Secretario)
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