Los pupitres de la institución están arrumados en colegio La Frontera, luego de la terminación del contrato de alquiler del plantel vecino. (Fotos MARIO CAICEDO / La Opinión)
De trasteo. Así amanecieron ayer los profesores, directivos y personal administrativo del colegio La Frontera del corregimiento de La Parada en Villa del Rosario, pues tuvieron que llevarse el mobiliario de una de las sedes de la institución que había sido alquilada para albergar a 300 estudiantes.
Al hombro tuvieron que cargar pupitres, ventiladores, muebles, escritorios y todo tipo de herramientas desde el colegio San Pedro Apóstol, contiguo al de La Frontera, el cual fue usado por los alumnos el año pasado, y trasladarlos a la sede propia, donde caben unos 700 alumnos divididos en dos jornadas.
La sorpresa se la llevaron los docentes el pasado lunes, cuando llegaron al plantel y se percataron de que las puertas de ingreso al San Pedro Apóstol, que une a los dos colegios, estaban cerradas con candado y las guardas habían sido cambiadas.
La coordinadora de La Frontera, Gladys Miryam Carvajal, explicó que el intempestivo cierre se debió a una decisión tomada por los propietarios del establecimiento privado, quienes aseguran que durante 10 meses de 2012, la Secretaría de Educación Departamental no les pagó el arriendo de las nueve aulas y otros espacios que eran aprovechados por el estudiantado.
“Lo que más nos preocupa es que el próximo lunes vamos a iniciar clases y no tenemos ni la mitad del colegio habilitado, porque para este año ya no hay más contrato de arrendamiento en el de al lado”, expresó la coordinadora de la institución.
Y es que el problema va más allá de las deudas, pues lo que se avecina es un hacinamiento en la sede propia del colegio La Frontera en el que se estima, deberán empezar a recibir clases más de 1.000 estudiantes que habitan en La Parada.
“A la fecha ya se ha matriculado el 60% del alumnado, por eso estamos de trasteo, porque de todas maneras debemos empezar a prestar el servicio. En el colegio que estaba alquilado funcionan la sala de informática, el comedor escolar, la rectoría, la caseta de comidas, la cancha deportiva y las unidades sanitarias, pero van a quedar sin uso y ahora todos se van a tener que acomodar acá”, expresó Gladys Miryam Carvajal.
‘Esto es una humillación de cada año’
Una de las profesoras del colegio La Frontera, Nubia Bayona, indicó que esta situación se presenta cada año, pero recalcó que nunca habían tenido que trastear los pupitres y los otros enseres por lo que la imagen representa que este año las cosas pueden cambiar radicalmente.
Calificó la situación como “una humillación para los profesores y sobre todo para los alumnos”, quienes deberán compartir los espacios y las baterías sanitarias que, mientras el San Pedro Apóstol contaba con cinco, el de La Frontera ofrece una.
“Ahora dicen que en tiempo récord hay que buscar dos casas en las que haya cinco habitaciones, cada una con un espacio para 45 estudiantes. Pero sea cual sea, los niños no van a tener ni patio, ni baños, ni juegos”, expresó la docente.
Pero también destacó que este es el único centro educativo de La Parada que en los últimos años ha incentivado a los menores que se dedican al contrabando de gasolina y otros productos, a retornar a las aulas y recibir educación.
“Con esta situación de hacinamiento empezará a verse la deserción escolar, no solo de estudiantes sino de maestros, porque creo que de los 37 profesores que tiene el colegio varios quedarían sin carga académica”, puntualizó.
‘El alcalde Socha no cumplió el compromiso’
Sobre la situación en Villa del Rosario, La Opinión consultó a la secretaria de Educación de Norte de Santander, Luddy Páez Ortega, quien afirmó que esta es la consecuencia del incumplimiento de un compromiso que el alcalde de Villa del Rosario, Carlos Julio Socha, le hizo a la comunidad.
Se trataba de la compra de un lote para la construcción de un megacolegio en La Parada, para reubicar a quienes estudian en el colegio La Frontera.
Para la funcionaria, el gobernante local se comprometió también ante la ministra de Educación, María Fernanda Campo a conseguir en un tiempo determinado una hectárea para la adecuación del megacolegio.
“Es por eso que no se renovó el contrato con las directivas del colegio arrendado, porque estábamos seguros de que el alcalde iba a cumplir con su palabra. Pero no ha cumplido el compromiso; le hemos escrito, lo hemos llamado y no nos ha contestado”, dijo la secretaria de Educación.
Y añadió: “creo que al alcalde le corresponde salir a responder por eso, porque es una falta de compromiso, porque si ya tuviese el lote, los niños tendrían una garantía estudiantil”.
La funcionaria dijo que el Ministerio de Educación enfatizó en que uno de los requisitos para acceder a los recursos que están asignados para las construcciones y adecuaciones de aulas, era tener un predio listo.
Por parte del Gobierno se asignaron para Norte de Santander $7.900 millones para la construcción de dos megacolegios más en La Gabarra y Ábrego; también la adecuación de otros espacios más pequeños en Teorama, Labateca y Ocaña.
Tras las demoras en la consecución del terreno para el megacolegio de Villa del Rosario, el municipio se quedaría sin la adjudicación de recursos y peligraría la construcción del megacolegio.
Tales recursos serían apoyados por otro monto de $2.100 millones aportados por la Gobernación para sumar $10.000 millones.
‘He tenido problemas con lo del lote’
El alcalde de Villa del Rosario, Carlos Julio Socha, comentó que no se ha olvidado del compromiso adquirido y que ya ha hecho varias averiguaciones sobre los terrenos.
Dijo que una primera opción fue descartada porque en los estudios aplicados se halló que no cumplía con los parámetros de seguridad, al estar ubicado en un sitio de alto riesgo.
“Hay otro que tiene un juicio de sucesión. El dueño de eso tiene varios hijos y cada uno está reclamando”, comentó Socha.
Pero afirmó que ya tiene una opción de lote a tres cuadras del colegio afectado, que incluso se ajusta al presupuesto. El valor es de $400 millones y tiene 4.000 metros cuadrados de extensión.
“No estoy incumpliendo ningún compromiso, solo estoy esperando a que el Concejo lo apruebe el febrero. Al gobierno le ha faltado es parársele en la raya a la ministra de Educación para pedirle que incluya a Villa del Rosario”, comentó el alcalde.
Dijo que una de las opciones es que los estudiantes no se salgan del colegio San Pedro Apóstol, pues “prevalece el bien comunitario ante el particular”.
Otra solución para Carlos Julio Socha es que los estudiantes afectados se trasladen al colegio San Antonio, del barrio San Martín en el centro, con el compromiso de que la administración municipal correrá con los gastos del transporte ida y vuelta.
‘Me deben 10 meses de arriendo’
La representante legal del colegio San Pedro Apóstol, Genys Ramírez, aseguró que la Secretaría de Educación Departamental le adeuda 10 meses de arriendo, por lo que ella y los otros seis propietarios decidieron ponerle término al contrato.
“Del año pasado solo nos pagaron noviembre y diciembre, del resto no nos han dado respuesta. El total de la deuda es de $25 millones y solo recibimos $4’500.000”, advirtió.
Ramírez afirmó que la situación se ha repetido en otros años y que incluso, cuando el gobernador de Norte de Santander, Edgar Díaz, era secretario de Educación, gestionó ante la administración de turno el pago de las deudas.
“Tenemos toda la disposición de conciliar, pero que nos paguen, porque es algo justo”, recalcó.
También le propusieron al departamento que compre el colegio por un valor de $1.000 millones, opción que no es válida para la Secretaría de Educación Departamental, pues los planes son los de construir una edificación nueva y para un mayor número de estudiantes.
(Tomado de la Opinión)
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