Parroquia San Juan de Dios en San José de Cúcuta 1874

Parroquia San Juan de Dios en San José de Cúcuta 1874

Hoy Capilla del Carmen, situada frente al Parque Colón; su bastión frontal de grosor descomunal, es sin lugar a dudas el único resto que quedo en pie después de la terrible destrucción que dejo el terremoto del 18 de mayo de 1875.

Construcción Teatro Las Cascadas en el Malecón de San José de Cúcuta - 1983.


Construcción Teatro Las Cascadas en el Malecón de San José de Cúcuta - 1983.

Vista aérea Avenida Libertadores - 1980


Se puede apreciar la Redoma Arnulfo Briceño, el Río Pamplonita con caudal, Predios de la UFPS, predios Urbanización Prados I, Malecón, Barrio Colsag, La Riviera y la Avenida Gran Colombia.

Complejo Deportivo Estadio General Santander en 1984

Complejo Deportivo Estadio General Santander en 1984. Entrada principal por la Diagonal Santander, a un costado de la Piscina Olímpica Carlos Ramírez Paris, al fondo la cancha Marino Escobar y el Coliseo Toto Hernández.

El Padre José Antonio Ruan "El tío Antonio"

Nació en Cúcuta el 5 de junio de 1904.

Hijo de Temistocles Ruan Sariol y doña Dorila Durán González.

Fue una vida elaborada de títulos como una letanía Sacerdotal.

Le correspondió en 1940 celebrar el primer centenario de la muerte del General Francisco de Paula Santander. Fue después nombrado Capellán del Batallón Santander acantonado en Cúcuta, y profesor de los colegios más importantes.

En 1950 fue Director del Seminario Mayor en Pamplona.

Enfermo de un carcinoma en la cara se retiró a su casa de Villa Antigua.

Recibió los Sacramentos de Monseñor Mario Laguado, y murió santamente el 1o. de diciembre de 1.971, para celebrar la Navidad con el NIÑO JESUS EN EL CIELO 🙏☀️.

Sus restos reposan en la Parroquia Nuestra Señora de La Misericordia en Villa Antigua de Villa del Rosario. 

Hasta el Sol de los Venados



Por: Iván Gallo, Columnista

A comienzos de diciembre, en una librería de usados en Suba, conseguí la mejor novela que se ha escrito sobre Cúcuta. Si usted quiere saber cómo era San José de Guasimales en la época del Bolívar a 18 pesos, una prosperidad que los cucuteños disfrutaron como sólo ellos lo saben hacer: con guaro y prostitutas día y noche, debe sumergirse en este poderoso relato que sigue teniendo una extraordinaria vigencia.

Un dato terrorífico que da la novela de Carlos Perozzo sobre lo olvidado que está este valle infernal es que en 1975 un bus Bogotá-Cúcuta se gastaba 18 horas, el mismo tiempo que nos gastamos 45 años después. Espero que un conocedor de la obra como Carlos Arturo Charria,  proponga una nueva edición de esta joya injustamente olvidada. Va a ser difícil, en el provincialismo que ha caracterizado la administración pública de esa ciudad sólo se publican catálogos turísticos que pretender vender una capital que sólo se visita para saludar a la familia o para hacer negocios. La Cúcuta de Perozzo se parece mucho a la real: un valle sepultado por un sol implacable que marchita todos los sueños, una frontera en donde solo prosperan los ilegales.

Murmullos del alma


¡Papi, tengo miedo!... ¿Puedo dormir contigo?

¿Qué pasó mi niña?, ¡ya es de noche, ve a dormir!... ¡Ya es muy tarde!

Pero papi, ¡se oyen ruidos muy feos en mi cuarto!...

Me levanté y abandoné la cama para ir con mi pequeña a su cuarto, encendí la luz: Ves... ¡no hay nada aquí para temer!.

¡Pero papi, cuando apagas la luz se escuchan ruidos muy feos!...

¡Ves, no se escucha nada!, ahora ya duérmete por favor, que mañana hay que madrugar...

¡Papi, no te vayas!... ¡quédate conmigo!...

Está bien mi amor, pero sólo por esta noche, ahora ya duérmete por favor...

Me acosté en la cama con mi pequeña y la abracé...

¡Jorge, Jorge!... ¡Despierta, levántate ya!... ¡Es tarde!... ¡Otra vez te quedaste dormido en el cuarto de la niña!... ¿Hasta cuándo vas a impedir que se vaya?... ¡Déjala ir de una vez!, hace un año que murió y todas las noches vienes a dormir aquí, a su habitación; ¡acéptalo de una buena vez!...

¡Ya voy amor!...

Si tan sólo le dijera a mi esposa que mi niña viene todas las noches con miedo a buscarme, tal vez recordaría, que al año siguiente de su muerte ella se suicidó del dolor...

Hace años que vivo entre sus dos fantasmas... Tal vez también, yo sólo sea un espectro y... ¡aún no lo he notado!...

Disfrútalas día a día no sabes cuando será el último!!

Autor:

Erik Salcido 😔💔💔