Son 4 versiones sobre la historia, entre ellas una es acerca del terremoto y otra con Venezuela.
El comercio de la ciudad de Cúcuta, así como de los otros municipios de Norte de Santander, se preparan para la que es considerada para los colombianos la segunda mejor fecha del año, después de Navidad: el Día de la Madre.
Si bien esta fecha se celebró el pasado 8 de mayo, en esa región en la frontera con Venezuela, aún no se conmemora. Y es que contrario al resto del país, los nortesantandereanos llevan más de ochenta años viviendo la festividad el último domingo del mes.
Al menos cuatro versiones se han tejido alrededor de porqué la celebración se corrió unos días en el calendario.
Gustavo Gómez Ardila, secretario general de la Academia de Historia de Norte de Santander, dijo que la tradición ha sido relacionada de forma equivocada con diferentes situaciones. Una de ellas fue el terremoto de Cúcuta ocurrido en mayo 1875. Una versión que señala ha sido descartada, previendo que para esa época el Día de la Madre no se celebraba en ninguna parte del mundo.
También, por ser una zona limítrofe con Venezuela, se ha insinuado que hace parte de una costumbre copiada del vecino país. Esta versión también ha sido desvirtuada, debido a que en ese territorio se celebra como en el resto de Colombia, el segundo domingo de mayo.
Las razones religiosas no han sido ajenas. Según el miembro de la Academia de Historia, un padre, de nombre Demetrio Mendoza, siendo párroco del municipio de Chinácota(Norte de Santander), habría auspiciado que el Día de la Madre fuera el último domingo del mayo.
Tiempo después, esta costumbre fue trasladada a Cúcuta, donde no existía la celebración, cuando nuevamente el sacerdote se encargó en 1930, de la Parroquia de la Iglesia de San José, hoy Catedral.
Sin embargo, para el historiador la versión que más ha cobrado fuerza entre la población en medio de la tradición oral, esto pese a que no hay aún una evidencia escrita que así lo determine, es la que señala que la celebración se retrasó en vista de que los barcos transportadores de la mercancía procedente de Europa no llegaron a tiempo al puerto del Lago de Maracaibo (Venezuela), desde donde embarcaciones de menor calado las llevaban hasta Encontrados, un sector en Puerto Santander, y de allí en tren o a lomo de mula hasta Cúcuta.
La decisión habría sido concertada entre comerciantes, el Gobierno Municipal y la Iglesia, en la década del 30 - se cree que en 1936 o 1938-, y esta solo sería por ese año.
“Acordaron pasar la fecha para el último domingo, por un año, y les fue muy bien. De ahí para acá se siguió celebrando así”, dijo el secretario general de la Academia de Historia en ese departamento.
Sin lugar a dudas, la celebración del Día de la Madre en esa fecha es una costumbre arraigada con gran fuerza en la tradición cultural nortesantandereana, de la que incluso, muchos se sienten orgullosos.
“Esto solo pasa en Norte de Santander, y me parece bien, porque marcamos la diferencia. Desde que recuerdo, desde mi niñez, siempre he esperado el último domingo para celebrar con las mamitas de la familia”, dijo Aura Jaimes, una cucuteña de 36 años de edad.
A pocos días del esperado último domingo de mayo, el comercio de Cúcuta, golpeado por la crisis fronteriza, espera que sus ventas crezcan un 20 por ciento más para el Día de la Madre.
Comerciantes de la zona de frontera en años anteriores, esperaban la llegada de compradores venezolanos para la celebración en la fecha habitual en ese país, el segundo domingo de mayo, pero este año con el cierre de la frontera, ese movimiento no se evidenció.
Gladys Navarro, directora seccional de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), indicó que hay dos puntos a favor este año. La celebración cae para una quincena, así como en un puente festivo.
“La gente se dispone a celebrar con mucha más calma, porque el lunes es festivo. Es una fecha comercial que mueve todas las actividades económica, porque según estudios de Fenalco, hasta carros están pidiendo”, dijo la líder gremial.
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