Navidad de un niño deportado


Por: Alda Esperanza Sánchez Ibáñez

Ahora que se acerca navidad, época de luces, adornos y regalos; deseo que Jesús esté presente en el hogar de cada niño deportado. Nos enseñe a amar y perdonar, nos devuelva la paz y la alegría y podamos vivir con humildad como él lo hizo al lado de José y María. 

No quiero sonidos de balas y sirenas sino cánticos de paz y nochebuena. No más luces de bengalas asesinas, sino rayos de amor que iluminen las familias. No quiero llanto de niños inocentes ni mujeres y hombres huyendo de su suerte. 

Sueño con un hogar en un rinconcito de mi patria, una escuela y un maestro con sabias enseñanzas. Compartiré mi amor y mi cariño con mis padres, mis amigos, mis hermanos; junto a ellos sabré agradecer estos fantásticos regalos. 

Para que todos sepamos comprender que la navidad tiene significado si permitimos que Jesús vuelva a nacer en el corazón de cada ser humano. 

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