Historia de las tradiciones navideñas de Villa del Rosario (X Entrega)


DÉCIMA Y ÚLTIMA ENTREGA
Por: José Francisco Rodriguez Leal

El 6 de enero continuaba la celebración con la llegada de los Reyes Magos. En la iglesia los niños hacían la representación piadosa de Melchor, Gaspar y Baltazar ostentando sus presentes de incienso, oro y mirra; y en todos los pesebres del pueblo al amanecer las tres imágenes eran puestas alrededor del recién nacido.

Por otra parte, el séquito de músicos y enmascarados encabezados esta vez por los Reyes Magos, con los disfraces alquilados en Cúcuta por Pablo Antonio Galvis, se preparaba desde el alba para el cierre de las festividades con un desfile apoteósico desde sus sitios de salida convergiendo a la postre en un solo grupo en la plaza General Fortoul, hoy parque Los Libertadores.

Posteriormente, como en los días anteriores, se desplazaban por los barrios, pedían permiso a los dueños de casa, ejecutaban unas piezas y eran atendidos por ellos con las bebidas, bollos y hayacas que volvían a hacerse con ocasión de esta conmemoración.

Al final, bajaban a Villa Antigua hasta el Centro de Amigos y remataban en La Parada en la miscelánea La Internacional de don Zenón Alviarez.

Dolorosamente en 1948 esas tradiciones se vieron trastornadas por culpa de la contienda bipartidista que condujo al exilio a muchos de sus gestores y protagonistas; la mayoría de los cuales no volvió a su patria chica nunca más, en virtud del régimen de terror impuesto entonces. 

Los que regresaron, retomaron cautelosamente la tradición con las nuevas generaciones, aunque no tuvieron otra vez el colorido y la alegría que infundieron sus originales organizadores de los años cuarenta.

Fue así como a los personajes de aquella época se sumaron en el desarrollo del Frente Nacional, el diablo, las calaveras, las brujas, los dominós, los matachines, las viejas, el cura, las mujerzuelas y hasta los superhéroes de la televisión, orientados por los hermanos Santos, con Miguel y Antonio María (Moya) a la cabeza. 

Luego, a principio de los años setenta los habitantes del municipio adoptaron la costumbre de elaborar pesebres en sus cuadras y de cantar en ellos los villancicos tradicionales; más tarde, finalizando el Siglo XX, decidieron alumbrar con instalaciones eléctricas las fachadas de sus casas y las calles de sus barrios , en un hecho sin precedentes que despertó el interés nacional, como quedó de manifiesto en la difusión que hicieron los grandes medios televisivos de país. 

No obstante, el desestímulo de las altas tarifas de la empresa de energía eléctrica y los concursos realizados con ciertos ribetes políticos por las administraciones locales de entonces, dieron al traste con esta iniciativa de la comunidad, al punto de que el auge suscitado decayó sin remedio en los primeros años del nuevo siglo.

Por estas fechas, la familia Espinoza honrando sus rasgos ancestrales, exhibe en el barrio Fátima como una reminiscencia, el Toro de Candela, que se ha convertido para ellos en una especie de emblema familiar, mientras un remedo de aquellas tradiciones se realizan con ocasión de la quema del Año Viejo cuando en la cincuentena de barrios del municipio, los muchachos disfrazados en sus cuadras hacen retenes a los carros pidiendo dinero para la pólvora de un muñeco desmadejado que sostiene en sus manos de trapo una botella vacía de aguardiente. 

De la conmemoración del día de los Reyes Magos queda tan sólo el vago recuerdo de ayer gracias a los "padres de la patria" que haciendo alarde del mar de un centímetro de profundidad de sus conocimientos, trasladaron para los lunes las fiestas de guardar haciendo que en muchos hogares el pesebre que se alumbraba hasta el 2 de febrero, día de la Candelaria, se desmantele después del 1º de enero; y que la llegada de los reyes para la adoración del Divino Niño haya quedado convertida en el primer puente festivo para el remate de las rumbas de fin de año con caravanas de bañistas escandalosos que marchan apelotonados entre utensilios de cocina hacia los ríos del municipio del Zulia.

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Anónimo dijo...

Excelente reseña. Una tradición de las familias que a través de los años, propios y foràneos, oportunistas y con intereses monetarios, introdujeron nuevas tradiciones, rompiendo esquemas de muchos años