Con “poco que ofrecer” y muy baja clientela, luce la zona comercial de San Antonio del Táchira en la temporada navideña, época que en años anteriores se presentaba para los comerciantes como la opción para mejorar las ventas y obtener ingresos que al menos garantizaran la rentabilidad de la empresa.
Actualmente, el casco comercial de San Antonio luce desolado y en los establecimientos en general, según los propietarios, prácticamente no hay nuevos inventarios de mercancía, exhiben productos que tenían en existencia desde hace meses e incluso del año pasado, como es el caso de los artículos navideños.
Sólo en ciertas tiendas de venta de ropa dicen que en los próximos días podrían llegar algunos pedidos, pero consideran que la denominada “temporada alta” ya está bastante avanzada y pareciera corto el tiempo para ver alguna mejoría en la comercialización antes de que termine el año, y se hace más difícil aún sin la consecuente presencia de compradores provenientes del lado colombiano.
Tampoco son ajenos a esta situación los puntos de ventas de las fábricas de pantalones y de prendas de vestir en general que hay en el eje fronterizo, las cuales tienen bajos inventarios y poca variedad. Los administradores y vendedores sostienen que este contexto se da como consecuencia de las medidas adoptadas por el Gobierno nacional, pues las fábricas se quedaron sin insumos, materia prima y trabajadores.
La presidenta de la Cámara de Comercio de San Antonio, Isabel Castillo, aseveró que el “cierre de frontera y el estado de excepción lo que ha traído es desidia, hambre, corrupción e inseguridad. Ha significado un retroceso porque indistintamente de las situaciones por las cuales estábamos pasando, en la frontera había un intercambio comercial considerable y lo que buscábamos era mejorar ese intercambio; seguir trayendo la materia prima y los insumos que requieren los sectores textil, marroquinero, calzado, que para nadie es un secreto se traen de Colombia”.
Sin embargo, “debido al cierre de frontera -que ya supera ochenta días-, algunos sectores están paralizados y otros están trabajando a media máquina. En el comercio, 70 por ciento está en un cierre técnico; 60 por ciento de la industria está paralizado y 40 por ciento restante está trabajando a media máquina con muy poca mano de obra calificada, porque en su mayoría proviene de Colombia y aunque se había acordado una especie de salvoconducto para poder cruzar la frontera, ese paso depende de la discrecionalidad del funcionario de turno, porque a veces se da y a veces no”.
Castillo refirió que también el sector de la hotelería y otros prestadores de servicio que laboran en horario nocturno, como restaurantes y ventas de comida rápida, se han visto afectados por la desolación que impera en la frontera a partir de las 7 de la noche.
“En resumidas cuentas vemos una zona que ha sido devastada y lesionada, porque además hay total desabastecimiento de productos de primera necesidad. Vemos que el cierre de la frontera y el estado de excepción no nos han traído los beneficios que el Gobierno nacional y regional ofrecían. Por eso no vemos la razón por la cual se mantienen vigentes estas medidas. Solicitamos el levantamiento del estado de excepción y el cierre de los puentes, ya que evitaría la destrucción total de esta zona económica, que años atrás era catalogada como una de las más dinámicas de América Latina”, señaló finalmente.
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