Cambiar algo para que todo siga igual

Por: Perico de Los Palotes  

En el estado en que están las cosas con Venezuela por causa de las mafias del contrabando, el bachaqueo y la distorsión del precio del bolívar por cuenta del mercado negro de los que nos responsabilizan, hace que estas no sean unas propuestas viables. Por otra parte, Cúcuta y área metropolitana no constituyen la totalidad del departamento. A Pamplona y Ocaña, por ejemplo, no se las puede invisibilizar, pues, cuando Cúcuta estornuda, estas regiones se resfrían debido al rigor de la recesión que nos afecta. Por tanto, senador y representante no proponen nada nuevo ni creíble.

Sería más serio y más sensato, ya que nuestra clase política jamás habla de generar empleo porque tienen la seguridad de que este baluarte de la economía lo cubre el contrabando y el subempleo ambulante, ponerle el cascabel al gato congelando los impuestos prediales que los concejales y los alcaldes ajustan año a año a las espaldas de la ciudadanía con tal grado de irresponsabilidad y abuso que no se compadecen de nuestra realidad salarial (informal casi toda ella); congelar hasta que haya señales reales de reactivación el costo de los servicios públicos de luz, agua y teléfonos que nadie se atreve a meter en cintura y que se incrementan mes a mes a capricho de sus administradores; lo mismo que los de educación superior y salud que son un privilegio al que no accede nuestra clase media para no hablar de que es impensable para los estratos más bajos.

El mismo fenómeno lo podemos observar en los candidatos a las distintas alcaldías municipales, más ocupados hoy en la consecución de avales con que los atan los jefes políticos a sus respectivas toldas para después exigirles el pago mediante cuotas en los cargos públicos, así como en las alianzas con pequeñas facciones partidistas que solo cuentan como escalón para acceder al poder, antes que en esgrimir en sus programas de gobierno verdaderos cambios que salden la deuda social con sus comunidades.

Vergonzosamente el gatopardismo se apoderó de la política en Colombia: cambiar algo para que todo siga igual.