Sabe usted de dónde proviene la carne que a diario consume en su casa? ¿Sabía que el único matadero autorizado en la ciudad no opera desde hace varias semanas? ¿Y conoce bajo qué condiciones se están sacrificando los animales que son vendidos en las plazas de mercado, tiendas y supermercados de la ciudad?
Estas y otras preguntas, que quizás usted nunca se ha hecho porque siempre que se ha dirigido a algún negocio ha encontrado la carne que ha necesitado, fueron respondidas por tres personas consultadas por La Opinión con el ánimo de conocer de primera mano el negocio del contrabando de carne en la frontera, un negocio tan lucrativo como el de la gasolina traída desde Venezuela, solo que a diferencia de esta última actividad ilegal, las ganancias se quedan en muy pocas manos, las manos de los ‘señores de la carne’.
Las fuentes consultadas por este medio (*) son conocedoras del contrabando de carne que a diario se registra a lo largo de la línea fronteriza que divide a Colombia y Venezuela, bien sea porque en algún momento hicieron parte de este negocio o porque esta misma actividad ilegal terminó por llevar a la quiebra sus negocios legalmente constituidos en la ciudad.
¿De dónde viene la carne que se vende a diario en Cúcuta?
La gran mayoría proviene de Venezuela y entra al país por las trochas ubicadas a lo largo de la frontera sobre la vía que comunica a Cúcuta con Puerto Santander, así como por las trochas de Juan frío (Villa del Rosario), y los municipios venezolanos de Ureña y San Antonio.
¿Cómo entra esta carne al país?
Los contrabandistas colombianos viajan al vecino país a negociar el ganado. Las autoridades venezolanas expiden guías para ese ganado comprado, con destino a sacrificio en los mataderos fronterizos de Colón, Vigía y La Fría. Con ello, esos animales salen del censo ganadero venezolano. Sin embargo, una vez llegan a estos mataderos, no son sacrificados sino que los pasan vivos hacia Colombia.
¿Adónde llega este ganado?
A las fincas de un sujeto muy poderoso de Puerto Santander que es conocido en este municipio como ‘El Señor’. Él, que tiene ganado levantado acá en Colombia, camufla los animales venezolanos en sus corrales. Otros animales se quedan en varias fincas de la vía al Puerto donde son sacrificados el mismo día que llegan.
¿Cómo se mueve este ganado en el departamento?
Pagando cuotas a todas las autoridades que hay en la vía, llámense policías fiscales y aduaneros o miembros del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
¿Qué papel juegan los funcionarios del ICA en este negocio?
Pues son los que se hacen los de la ‘vista gorda’ con todo el ganado que viene de Venezuela. Incluso, son ellos mismos los que expiden guías de movilización adulteradas para mover el ganado venezolano en el departamento o hacia el interior del país.
¿Y la policía?
Ellos cobran cuotas por cada cabeza de ganado en pie que entra al país de contrabando. Por cada animal el contrabandista debe pagar $10.000. En los puestos del ICA también se deben dejar $10.000 por cada animal. Los ‘paracos’ cobran a ambos lados de la frontera $20.000 por res.
Es decir, ¿las autoridades no están haciendo nada por frenar esta actividad ilegal?
Le respondo de la siguiente manera: hay policías que van hasta las trochas a esperar los camiones para cobrar la ‘cuota’. Este es un negocio millonario, de todos los días, ¿cómo pretende usted que un policía al que le pueden entrar $1, $2 y hasta $3 millones extras cada semana, denuncie a los contrabandistas?
¿Por qué ese negocio es tan lucrativo?
En Colombia, una res de 450 kilos cuesta $1.260.000, a $2.800 kilo. De esos 450 kilos, usted realmente termina vendiendo unos 175 kilos de carne. Producir esos 175 kilos, sin contar todo lo que usted ha invertido en el animal hasta ese momento (vacunarlo, alimentarlo, transportarlo, sacrificarlo, cortarlo, refrigerarlo) cuesta, en promedio, entre $8.000 y $8.500 por kilo. ¿En cuánto vende usted ese kilo en Cúcuta? Ahora, sin ir muy lejos y para que saque sus propias conclusiones, en Venezuela una res de 450 kilos vale entre $360.000 y $450.000.
O sea que todo el proceso se rebaja cuando es carne venezolana…
Claro, no solo se rebaja en la compra del animal, que es un tercio más barata, sino en la producción, pues esos animales son sacrificados en potreros, sin ningún tipo de control sanitario.
Diariamente, ¿cuántas reses podrían estar entrando ilegalmente a la ciudad?
Para que se haga una idea, Cúcuta, en promedio, necesita sacrificar todos los días unas 400 reses para suplir su demanda en el mercado. Y si el matadero de la ciudad, por lo que hemos podido conocer, no está sacrificando ganado hace varias semanas, ¿de dónde está saliendo toda la carne que a diario se come en Cúcuta?
Si no funciona el matadero, ¿dónde están sacrificando estas reses?
Como le decía anteriormente, en la vía a Puerto Santander se está matando ganado venezolano todos los días en el piso, con agua sucia y sin ninguna medida de salubridad. Toda esa carne es depositada en tinas con grandes cantidades de sulfito para lograr una mayor preservación del producto o para darle un mejor aspecto a este cuando llega después de haberse contaminado con tierra y agua sucia de los ríos al atravesar las trochas fronterizas.
Este contrabando de carne, ¿cómo afecta el erario departamental?
El impuesto de degüello departamental, que es cobrado por la Secretaría de Hacienda del departamento, vale $20.500 y se debe pagar por cada res sacrificada. Ese impuesto se está dejando de percibir y al departamento pareciera no importarle. Si se necesitan 400 reses diarias en Cúcuta, Norte de Santander está dejando de recibir $8.200.000 diarios, $246.000.000 mensuales y alrededor de $2.950 millones al año.
Si las autoridades decidieran actuar de una forma más contundente frente a este problema, ¿por dónde deberían empezar?
Además de investigar a todos los policías y funcionarios del ICA que están ganando con este negocio y de ejercer un mayor control en la frontera, deberían irse a los supermercados de la ciudad y revisar sus estados contables para determinar a quién le están comprando la carne que venden en esos negocios. También preguntarse por qué la Secretaría de Salud municipal no ejerce un control serio sobre la carne que se comercia en la ciudad.
¿Ustedes han denunciado esto ante las autoridades?
Hemos querido hacerlo, pero el contrabando de la carne ha permeado a muchos funcionarios en la ciudad y el departamento y no existen las garantías para denunciar aquí. Además, sabemos de varias personas a las que han asesinado y atacado por este negocio, por querer hacer parte de él o porque se han atrevido a medio insinuar lo que está pasando. No queremos correr esa misma suerte que ellos.
(*)Los nombres de las personas que dieron su testimonio para esta publicación se omiten por razones de seguridad.
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