Se ha conocido la inconformidad
de algunos padres de familia de los niños que hacen parte de las escuelas de
futbol del I.M.R.D. del municipio, quienes fueron notificados sobre la negativa
por parte del director de no prestar más el escenario deportivo para las
prácticas de los menores, argumentando que la gramilla estaba maltratada y que
se iniciaría un etapa de descanso y adecuación. Hasta ahí, válido el argumento.
La molestia ha surgido debido a
que se vio durante los últimos días de manera frecuente en el estadio Gran
Colombiano al equipo Cúcuta Deportivo realizando sus trabajos de pretemporada.
A partir de allí, es donde se comienza a razonar sobre las hoy inexplicables
razones del Sr. Arley Medina, en el momento de argumentar un daño por parte de
los menores al césped del escenario. ¿Es mucho más maltratada la gramilla por
parte de los niños que por los jugadores de un equipo profesional? La respuesta
es obvia, NO.
Se sabe que al joven director del
I.M.R.D., le gusta el fútbol, y que con boletas y franelas del Cúcuta Deportivo
lo ablandan; pero es momento de ponernos serios y ser claros, porque el dinero
para la restauración y reparación de la gramilla no sale ni del bolsillo de
Arley Medina, ni de las arcas del Cúcuta Deportivo; sale de los impuestos que
pagamos todos los rosarienses.
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