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Excelentes los tres videos. Muestran la denigrante realidad de nuestra frontera con un comercio sin ninguna infraestructura y gentes desarraigadas de sus regiones de origen que no están dispuestas a dejar de ejercer la informalidad por una supuesta reconversión laboral que les generaría menos ingresos, según el testimonio de la representante de los pimpineros.
De esta manera la entrada a Colombia es un horrible decorado de pimpinas en los paramentos, mezclado con los maneros que instalaron sus cachivaches para protegerse del sol, vendedores de jugo y CD's en los separadores de la autopista, y unas filas descomunales en las que jóvenes y niños arriesgan sus vidas atravesando sus cuerpos para facilitar el paso de los vehículos a cambio de una moneda. Con el ingrediente de que este territorio no reconoce autoridad (porque nunca los han tenido en cuenta), como lo demuestran los cierres constantes a los que se ve sometido el Puente Internacional por parte de mototaxistas, maleteros, gasolineros y los habitantes del municipio en sus justas demandas de servicios (Ayer nada más cerraron por varias horas el paso elevado).
En los tres años de este gobierno incompetente jamás se le ha visto a esta alcaldesa melindrosa haciendo presencia entre la comunidad. Ni siquiera ahora con la arremetida del río Táchira para suministrar la necesaria ayuda humanitaria a los damnificados.
Lo que le faltó aclarar a la periodista es que La Parada es simplemente un depósito de paso de los grandes contrabandistas que se llevan la parte de león, mientras sus habitantes (muchos de los cuales vienen de las barriadas de Cúcuta) tienen que conformarse con pequeños porcentajes que les permiten subsistir en el día a día.
Dolorosamente hay que decirlo: La Parada, por el desacierto de los gobernantes coicos habidos hasta el presente, con todo y su gigantesco manejo económico, es un muladar con sus propias autoridades. Ustedes ya saben cuáles.
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Excelentes los tres videos. Muestran la denigrante realidad de nuestra frontera con un comercio sin ninguna infraestructura y gentes desarraigadas de sus regiones de origen que no están dispuestas a dejar de ejercer la informalidad por una supuesta reconversión laboral que les generaría menos ingresos, según el testimonio de la representante de los pimpineros.
De esta manera la entrada a Colombia es un horrible decorado de pimpinas en los paramentos, mezclado con los maneros que instalaron sus cachivaches para protegerse del sol, vendedores de jugo y CD's en los separadores de la autopista, y unas filas descomunales en las que jóvenes y niños arriesgan sus vidas atravesando sus cuerpos para facilitar el paso de los vehículos a cambio de una moneda. Con el ingrediente de que este territorio no reconoce autoridad (porque nunca los han tenido en cuenta), como lo demuestran los cierres constantes a los que se ve sometido el Puente Internacional por parte de mototaxistas, maleteros, gasolineros y los habitantes del municipio en sus justas demandas de servicios (Ayer nada más cerraron por varias horas el paso elevado).
En los tres años de este gobierno incompetente jamás se le ha visto a esta alcaldesa melindrosa haciendo presencia entre la comunidad. Ni siquiera ahora con la arremetida del río Táchira para suministrar la necesaria ayuda humanitaria a los damnificados.
Lo que le faltó aclarar a la periodista es que La Parada es simplemente un depósito de paso de los grandes contrabandistas que se llevan la parte de león, mientras sus habitantes (muchos de los cuales vienen de las barriadas de Cúcuta) tienen que conformarse con pequeños porcentajes que les permiten subsistir en el día a día.
Dolorosamente hay que decirlo: La Parada, por el desacierto de los gobernantes coicos habidos hasta el presente, con todo y su gigantesco manejo económico, es un muladar con sus propias autoridades. Ustedes ya saben cuáles.
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