Con el apoyo de ACNUR y las Naciones Unidas las autoridades venezolanas lograron la instalación de carpas modulares humanitarias en el municipio de San Antonio del Táchira.
La adecuación de estos espacios se desarrolló como medida de contención para evitar la propagación del COVID-19. Por ahora, tienen la tarea de brindar asistencia a la población retornada.
Jacinto Jaimes, defensor de Derechos Humanos dijo que “esto sin duda alguna es un beneficio que logra mitigar parte de la problemática que se presenta como consecuencia del hacinamiento de los colegios hasta donde son trasladados los venezolanos que retornan al país”.
Indicó además que “esto ayudará al aislamiento de las personas en el periodo de cuarentena al cual deben someterse, previo a ser llevados hacia sus estados de origen”.
El funcionario agradeció la disposición de los diferentes actores políticos que dejaron a un lado las diferencias para materializar estos espacios.
Cada carpa cuenta con una dimensión de 280 metros, y ya fueron instaladas en centros de atención médica, colegios, el cuerpo de bomberos de San Antonio del Táchira y cerca al puente internacional Simón Bolívar.
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