"Colombia debe buscar medidas de segunda generación para acoger migrantes": Víctor Bautista


En el marco del Día Mundial Contra la Trata de Personas, el Secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander, Víctor Bautista, expresó la preocupación de las autoridades departamentales frente a los abusos contra la población migrante en temas de explotación sexual y trata de personas, así como la presencia de menores de edad sin compañía en el departamento. 

En su intervención en el Foro Venezuela 360 desde la Voz de América en Washington D.C., señaló que la cantidad de migrantes que llega a Norte de Santander “desborda nuestras capacidades” y que a la población que llega a frontera para retornar a su país se suma la que ingresa por sitios irregulares buscando opciones de subsistencia; incluso se han encontrado menores no acompañados que cruzaron la frontera. 

“Estamos muy preocupados y le hemos dicho a Naciones Unidas, al Grupo Interagencial de Flujos Mixtos Migratorios y a UNICEF que debemos respaldar más a las autoridades colombianas y al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en temas explotación sexual, trata de personas, el ingreso irregular de menores que salen de Venezuela sin protección, son una realidad que todavía no hemos alcanzado a dimensionar”. 

Norte de Santander es el departamento que ha recibido el mayor impacto de la migración de retorno hacia Venezuela, según datos de Migración Colombia entre el 14 de marzo y el 22 de julio han salido más de 60 mil personas a través del puente internacional Simón Bolívar, en medio de la situación generada por el COVID-19. 

“Esperábamos que la cuarentena en Colombia y en América Latina mantuviera a la población sin ninguna movilidad, como es recomendable en época. Pero comprendimos que en varios lugares de Colombia, así como en Ecuador, Perú, Chile, muchos migrantes fueron perdiendo su capacidad de subsistencia y de empleo, así como la capacidad de tener un domicilio, un techo donde resguardarse y es imposible para estas personas permanecer en estas circunstancias”, indicó el Secretario. 

Esta situación desencadenó la migración de retorno hacia su país y se convirtió en un proceso continuo de llegada de migrantes a la frontera con una situación particular: las fronteras cerradas debido a medidas sanitarias que buscan contener la propagación del virus. No obstante, se mantiene en funcionamiento un paso humanitario a través del puente Simón Bolívar. 

“Con la frontera cerrada por decretos en Colombia y Venezuela, se hace necesario pensar cómo administrar el regreso de estas personas muy vulnerables, que también están en riesgo de contraer esta enfermedad y que la desprotección los vuelve más frágiles, más aún con la Alerta Roja en que se encuentra Norte de Santander y las medidas estrictas de aislamiento para prevenir un mayor índice de contagios”. 

Luego de cuatro años de crisis migratoria, del que Norte de Santander ha sido testigo del devenir de la población venezolana que busca mejores condiciones de subsistencia, sin embargo el Secretario de Fronteras considera que se deben “diseñar unas medidas de segunda generación que nos permitan acoger mejor a los hermanos migrantes, con mayor orden, con mayor estabilización socioeconómica; tal vez un poco menos de asistencialismo y de componente humanitario, porque en cuatro años una persona ya debería hacer tránsito hacia la inserción laboral. La inestabilidad de los migrantes está causando una sensación de incertidumbre en las poblaciones locales que también es preocupante para las autoridades”. 

Después de Bogotá, Norte de Santander es el segundo lugar del país con mayor presencia de población venezolana con 203.604 personas, 106.436 de los cuales se encuentra en Cúcuta, según el informe ‘Venezolanos en Colombia’ con corte a 30 de abril de 2020 de Migración Colombia.

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