Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia, dice que hasta el momento han llegado 21.000 ciudadanos, entre colombianos y residentes en el país, en vuelos humanitarios desde todos los continentes, y en 18.317 casos se ha verificado que cumplan con las medidas de aislamiento de 14 días para prevenir un posible contagio a sus familias y otras personas.
¿Cómo es el protocolo para quienes desean regresar a Colombia?
Primero llegaron quienes estaban haciendo turismo o negocios, después los estudiantes de colegios en intercambio, los de especializaciones y luego unos que estaban radicados en el exterior y se quedaron sin ingresos. Al comienzo, llegaban dos vuelos a la semana, y ahora son dos diarios.
Hay casos de vuelos en los que los costos son considerables, pues vienen de países lejanos, aunque se han logrado algunos pasajes a bajo precio o incluso gratis. Ellos deben inscribirse en los consulados y firmar un acta de compromiso para desarrollar la fase de aislamiento de 14 días cuando lleguen. Antes, se podía hacer en Bogotá, pero luego, desde las 24 horas siguientes, podían ir a sus ciudades a cumplirlo.
Cabe decir que pueden ser objeto de sanciones. Se han realizado 18.317 verificaciones en hoteles, posadas y viviendas.
¿Y los ingresos por tierra?
Se ha establecido un protocolo para quienes estaban en Ecuador con sus vehículos y motos, y también para coordinar la salida de los ecuatorianos que lo pidieran. También se está logrando traer a esas familias que habían salido en transporte público.
La mecánica es que la persona reporta al consulado su caso y generamos cita y hora para que ingresen al territorio nacional con un tamizaje de salud.
¿Cuántos han salido en avión?
Más de 30.000, especialmente miembros de misiones diplomáticas y sus familias, y también colombianos que vinieron al país y en sus naciones de residencia o estudio ya se reactivó la economía, o también deportistas de alta competencia.
¿Y con los venezolanos que quieren irse a su país?
Hay que recordar que desde 2006 en Venezuela comenzó un proceso migratorio y salieron muchas personas con capital y, desde 2016, el fenómeno se acentuó por el hambre o la necesidad. Eso fue creciendo, y en 2017 había más de 1,7 millones de venezolanos.
En 2019 se desacelera la pendiente al punto que en febrero de este año había 1’825.000 y la cifra cayó a 1’809.000 al 31 de marzo. La más reciente fue de 1’788.380 al corte de abril.
Ese comportamiento decreciente se genera por las grandes remesas que llegan desde Colombia, la limitación que hay a la entrada a mercados formales e informales, y a que por el incremento de la covid-19 la gente quiere salir hacia su hogar, y por eso se han movilizado más de 80.000 venezolanos. En este momento hay un poco más de 30.000 que necesitan o han expresado querer volver a su país.
Pero es difícil que ellos viajen cuando hay un panorama oscuro. Y además, esa migración no se puede ver como show. Hay que reflexionar que son 80.000 dramas de personas que los ha impulsado a caminar con sus familias.
Venezuela ha restringido la entrada de sus propios nacionales y así, lunes, miércoles y viernes, permite ingresar a 300 personas por Norte de Santander y 200 a través de Arauca. Esos 30.000 tardarían más de lo que falta del año para poder regresar a su país.
¿El Permiso Especial de Permanencia (PEP) de los venezolanos se renovará?
Hemos dado el salto para pasar del PEP, en el que hay 650.000 registros de venezolanos, a la información biométrica. Eso nos dará mejor control para generar una identificación.
Además, constituye un ejercicio de derechos de la población de migrantes para tener mejor acceso a la seguridad social. También permitirá una inclusión financiera, en donde los bancos han hecho un esfuerzo.
Pero también dará la posibilidad de una mayor judicialización, pues si bien tendrán derechos, no tendrán patente de corso para violar la ley. El sistema también permitirá una equidad en materia de contratación laboral. Estamos en proceso de contratación para lo biométrico, pero con vocación internacional.
Han sido 340, entre expulsados y deportados. Cuando generan actos que afecten la tranquilidad, la seguridad o violen las medidas de bioseguridad, se llevan ante la autoridad y el juez dicta esas medidas. Hay personas que expulsamos y se les prohíbe regresar hasta después de nueve años, pero al deportado es hasta cinco años.
¿Dónde hay más colombianos pendientes de regresar?
Se ha comenzado a ver desaceleración de retorno por la reactivación de varios países. Nos concentramos en Estados Unidos para que haya esta posibilidad de retorno.
¿Cómo va el protocolo para el reinicio de vuelos internacionales?
Bien. El enfoque es fortalecer la biosesguridad del viajero, el funcionario y la comunidad. Estamos listos. Es una facultad el Gobierno Nacional y esto sería en septiembre.
¿Y la situación en Leticia?
Con Leticia y la ciudad brasileña de Tabatinga, el control es muy complejo. Lo que se ha hecho es fortalecer los protocolos de salud y se han realizado reuniones con la Cancillería para lograr mayores medidas en Brasil.
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