De epicentro de la guerra fría entre Colombia y Venezuela a albergue de los migrantes que retornan


La imagen de los contenedores atravesados por militares leales al chavismo en el Puente Binacional Tienditas lo ha convertido desde febrero del año pasado en un símbolo de los encuentros y desencuentros entre los Gobiernos de Colombia y Venezuela. La estructura, del lado colombiano, fue el lugar donde Juan Guaidó se presentó ante el mundo. Allí apareció por sorpresa junto a Iván Duque y otros dos presidentes sudamericanos en el megaconcierto Venezuela Aid Live, la víspera de la fallida operación para ingresar alimentos y medicinas desde Colombia. Sus bodegas sirvieron como centro de acopio de esas ayudas y escenario del encuentro de Guaidó con militares que desertaron aquel 23F. Ahora, en medio de la pandemia del coronavirus, Tienditas ha sido adaptado para albergar a cientos de migrantes venezolanos que buscan desandar sus pasos y retornar a su país, pues ya no logran ganarse la vida en las ciudades que los acogían.

Cuando la covid-19 irrumpió en la agenda de los Gobiernos de la región, la fronteriza Villa del Rosario aparecía como una de las ciudades colombianas más vulnerables. Ha sido por años el embudo de uno de los mayores flujos de personas en el mundo. En un primer momento, las autoridades contemplaron adaptar esa infraestructura como una instalación hospitalaria, a semejanza de lo que ha hecho Bogotá con el centro de eventos Corferias. 

Las instalaciones terminaron convertidas en el Centro de Atención Sanitaria Tienditas (CAST), una estación transitoria para atender en condiciones dignas, durante un máximo de 48 horas, a los venezolanos en tránsito que quieren regresar a su país. Tiene capacidad para casi 400 personas, y se ampliará a 600. Cuenta con carpas, baños, duchas y comedor. Los tres días a la semana en que Venezuela permite el ingreso de grupos de 300 retornados, son trasladados hasta el corredor humanitario abierto en otro paso cercano.



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