El reciente estudio de percepción realizado en la ciudad durante el primer trimestre de 2015, en el marco del programa Cúcuta Cómo Vamos, evidenció que el 51% de los encuestados considera que el contrabando de productos entre Colombia y Venezuela es una “costumbre” que se debe permitir, reforzando la cultura de informalidad de nuestra región.
Sin embargo, desde el sector privado vemos con enorme preocupación todos los efectos negativos que trae este flagelo a nuestro desarrollo y economía, por ejemplo:
1. Estimula y financia organizaciones criminales impactando negativamente en la seguridad de todos.
2. Afecta el empleo y la productividad, pues obliga a los productores nacionales del agro y la industria a enfrentar una competencia desleal.
3. Al no pagar impuestos, limita las capacidades del Estado de llevar a cabo políticas sociales y de fomento de la actividad productiva.
Hoy que el debate se presenta en torno a la Ley Anticontrabando, la cual entrará en vigencia una vez sea sancionada por el presidente Santos, es importante reconocer que esta normativa beneficiará a los empresarios formales y promoverá el desarrollo empresarial dado que incluye herramientas para combatir la competencia desleal a la que se ven expuestos actualmente.
Si bien el proyecto busca endurecer las penas contra el contrabando y fortalecer la institucionalidad para combatir este fenómeno, la ley no afectará a los pequeños comerciantes que trabajan legalmente. El objetivo de ésta es perseguir a los grandes contrabandistas del país.
Es por esto, que desde la Cámara de Comercio de Cúcuta vemos con beneplácito esta nueva regulación que traerá ventajas a las empresas formales y legalmente constituidas y a la seguridad de la región. También creemos se deben hacer varios ejercicios de socialización y acompañamiento de esta iniciativa, así como una estrategia de alto impacto para la generación de empleo formal en las zonas de frontera del país.
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