Unasur aprobó el concepto de ciudadanía suramericana


Los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, Surinam y Venezuela inauguraron la sede del bloque

Los presidentes de los países de la Unión de Naciones Suramericanas destacaron la necesidad de profundizar la integración regional en el acto con el que culminó la cumbre del bloque, convocada para inaugurar su  sede. “Este el compromiso con la historia que debemos cumplir, no tenemos derecho a fallar. Estamos urgidos de unidad e integración”, afirmó el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, en su discurso.

“Concretamos los sueños de nuestros libertadores, que dieron todo de si por ver a nuestra América mestiza libre y unida. Consolidar la integración no es solo un sueño es una necesidad imperiosa”, agregó Correa, anfitrión de la reunión.

Su homóloga de Argentina, Cristina Fernández, aseguró que la nueva sede de la Unasur —que lleva el nombre de su fallecido esposo, Néstor Kirchner, primer secretario general del bloque— es más que un edificio.

“Representa la historia de nuestros pueblos, sufrientes desde la emancipación hace 200 años, y de esta segunda batalla que damos en este siglo XXI por la independencia económica y la reconstrucción cultural de nuestras naciones”, agregó Fernández.

Al acto también asistieron los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; Brasil, Dilma Rousseff; Colombia, Juan Manuel Santos; Paraguay, Horacio Cartes; Surinam, Desi Bouterse; y Venezuela, Nicolás Maduro.

El presidente de Uruguay, José Mujica, no participó en las actividades en Quito por razones de salud, pero estuvo presente en la cita del jueves en Guayaquil, donde Surinam cedió a su país la presidencia temporal de Unasur.

Ciudadanía común. Entre los acuerdos logrados destacó la aprobación del concepto de ciudadanía suramericana, que permitirá la eliminación de las barreras para la libre circulación de personas, aseguró Ernesto Samper, secretario general del bloque.

Samper precisó que el objetivo es que los habitantes de los 12 países puedan circular, estudiar y trabajar en cualquier otra nación, pero aclaró que todavía no se ha fijado un plazo para que esto suceda.

“Garantizar la libre movilidad de 400 millones de suramericanos por la región, el derecho al trabajo, la homologación de títulos universitarios y la protección jurídica es mi sueño. Deseo llegar a un aeropuerto y escuchar solo ciudadanos suramericanos por esta ventanilla”, dijo.

La Unasur también discutió planes como un banco y un fondo de reservas regionales, un sistema de compensación para minimizar el uso del dólar en las transacciones entre los socios y un centro de arbitraje suramericano.

Correa planteó a sus homólogos un cambio de los estatutos para que las decisiones se tomen por mayoría calificada en vez de por consenso, como sucede actualmente, y se pueda avanzar más rápido.

El ombligo del mundo. La nueva sede de Unasur está en medio de paisajes desérticos en San Antonio de Pichincha, población que está ubicada a 12 kilómetros al norte de Quito y conocida por el monumento a la mitad del mundo.

El edificio de 19.500 metros cuadrados, cuya construcción costó 43,5 millones de dólares a Ecuador, alberga una obra que simboliza el paralelo cero y una estatua de Kirchner.

Fernández agradeció que Unasur haya dado el nombre de su esposo al edificio. “Resulta casi una paradoja. Él, que nunca le gustaba estar en el medio en política porque decía que solo los tibios están en el medio, ha terminado en el centro del mundo”.


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