Los dos sicarios motociclistas tendieron la emboscada a los dos guardias para asesinarlos cuando el carro de los militares disminuyó la marcha para franquear un “policía acostado”.
Dos sargentos de la Guardia Nacional Bolivariana fueron asesinados a balazos por una pareja de sicarios motociclistas, quienes dispararon contra los uniformados cuando viajaban en un vehículo, suceso registrado en la vía que comunica a San Antonio con Capacho- Libertad, en el sector de Agua Blanca.
En la incursión armada también resultó levemente herida una mujer que acompañaba a los dos efectivos militares.
Las informaciones conocidas en el sitio del suceso, dan cuentan que hacia las 11:30 de la mañana del viernes, los sargentos primero del Destacamento 11 de Fronteras, de San Antonio, salieron de permiso a celebrar las festividades de fin de año y se dirigían hacia San Cristóbal a encontrarse con sus parientes.
En el trayecto, concretamente en el sector Agua Blanca, municipio Libertad, fueron sorprendidos por una pareja de sicarios, que se desplazaba en una moto XT660, azul, en sentido sur-norte, es decir, hacia la zona de frontera.
Afirmaron varios testigos que, la pareja de homicidas esperó que el automotor Geo Chevrolet, placas AB940GS, rojo, hiciera un alto en un “policía acostado”, instante que fue aprovechado por el parrillero de la moto para disparar contra el sargento Henry Alfonso Contreras Gutiérrez, de 34 años de edad, quien viajaba como copiloto. Su muerte ocurrió de manera instantánea al ser alcanzado en la región frontal del rostro.
De acuerdo con los testimonios, el tripulante del automotor, el sargento Jackson Smith Jiménez Alviárez, de 32 años de edad, orilló el vehículo e intentó bajarse de éste, pero cayó desplomado a un lado del carro, mientras los asesinos huían rumbo a la zona de frontera.
En la parte posterior del vehículo quedó herida, con un tiro rasante en la mejilla izquierda, Gloria Zavala Martínez, de 41 años de edad, quien aparentemente había pedido la colita desde la zona de frontera hasta San Cristóbal.
Minutos después del ataque, la zona fue acordonada por efectivos de la Policía del estado Táchira, Politáchira, quienes se encargaron de preservar la escena del crimen y controlar la presencia de curiosos que se agolparon cerca al lugar.
Casi de manera inmediata, paramédicos de Protección Civil de Libertad acudieron al sitio y brindaron los primeros auxilios a las víctimas del hecho, pero constataron que los dos uniformados se encontraban sin vida.
Al momento de la evaluación médica de los cuerpos de los guardias, los socorristas presumían que el conductor del carro había muerto de un infarto, pero le localizaron una herida de bala en la axila derecha que le perforó varios órganos.
En el asiento del copiloto quedó el cuerpo del sargento Henry Alfonso Contreras, con el rostro destrozado por un balazo, presumiblemente de calibre punto 40.
Tras el arribo de las comisiones policiales, la zona fue acordonada por funcionarios de la Guardia Nacional, cuyos integrantes paralizaron el tráfico de automotores para que trabajaran los miembros de la Brigada Contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
En la escena del crimen, los investigadores encontraron plomos deformados y vainillas punto 40, los cuales fueron colectados como evidencia de interés criminalístico.
Al interior del automotor donde viajaban las víctimas, quedaron regalos y varios paquetes que presumiblemente los dos uniformados llevaban para sus hijos.
Aunque los móviles del crimen no son aún oficiales, se presume que miembros de grupos de paramilitares estarían tras el atentado, por cuanto el sargento primero Henry Alfonso Contreras, era catalogado como de “línea dura” contra las actuaciones de estas organizaciones en los municipios de frontera, cuyos integrantes lo habían declarado como objetivo militar.
