Presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Ureña, Isidoro Teres.
Ureña
Estado Tachira. El presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Ureña,
Isidoro Teres, afirmó que hay una deserción masiva de trabajadores colombianos
en la zona de fronteras, porque “es imposible pensar que con un sueldo mínimo
en Venezuela van a poder subsistir en Colombia”.
Sin
mencionar números, dijo que entre 75 u 80 por ciento de los trabajadores
colombianos que venían a laborar en la frontera, ya desertaron. En las
industrias y empresas de la frontera quedan trabajadores colombianos, siempre
habrá. Hay varios fenómenos que se están dando, en primer lugar es imposible
pensar que con un sueldo mínimo venezolano va a poder subsistir en Colombia.
De modo que muchos de los trabajadores colombianos que venían del otro lado,
han buscado cómo residenciarse en la zona, y a otros se les ha podido negociar
con algún bono adicional, alguna compensación, pero la gran mayoría se
retiró.
El
vocero también señaló que el incremento de 10 por ciento en el salario mínimo,
a partir de noviembre, tendrá un impacto insignificante, porque es una
cantidad en bolívares muy pequeña diaria. No le impacta ni al trabajador ni a
la empresa, acotó.
“Es
un pequeño ajuste que con el ritmo de inflación, resulta insignificante.
Realmente esa es la realidad. Se supone que los incrementos salariales son
para proporcionar una mayor capacidad de compra del empleado, pero en ese
caso, ese pequeño incremento no se traduce en nada”.
El
presidente de la Cámara de Industria de Ureña igualmente afirmó que en la
frontera no hay la mano de obra venezolana para cubrir las vacantes que deja la
mano de obra colombiana, pero adicionalmente hay otro fenómeno, y es que la
industria está semiparalizada, porque hay un problema de suministro de
mercancías, insumos, hay carencia de divisas para poder importar materias
primas.
La
economía está en un punto grave, donde ni hay mano de obra ni hay trabajo.
En la frontera, por ejemplo, en este momento se debería estar hablando de
temporada alta para el sector de la confección, pero el mercado venezolano
se ha contraído mucho por cuenta de la devaluación de la moneda, la alta
inflación, la cual hace que el comprador tenga que reducir sus adquisiciones.
Además, añadió Teres, hay un desabastecimiento bastante pronunciado en todos
los frentes del país, especialmente en el comercio.
“Hay
temporada de ventas, el problema es que el comprador tiene menos capacidad de
compra, el productor tiene menos capacidad de producción y los vendedores
también van a vender menos, de modo que estamos en un círculo vicioso,
donde para salir del mismo, se requiere dinamizar la economía y recuperar
el valor de la moneda nacional para que el poder de compra pueda ser
importante y determinante.
Refirió
que el renglón de la construcción está semiparalizado, porque no hay
cemento, no hay acero de refuerzo. La construcción es una de las industrias
que moviliza y dinamiza la economía, que crea más puestos de trabajo, tiene
una influencia muy fuerte en el componente del Producto Interno Bruto, pero
lamentablemente estamos en una situación donde no se ven soluciones por
ninguna parte y hay problemas que rodean todo el sector productivo.
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