27 noviembre 2014

Agobiantes colas por controles militares en el Peaje de San Antonio


Habitantes, trabajadores  y viajeros,  que se desplazan  diariamente  desde el interior del estado hacia la frontera  colombo-venezolana, se están quejando nuevamente por la pérdida de tiempo  y los contratiempos que están generando las colas de  vehículos que se originan para cruzar el antiguo peaje de San Antonio,  por causa de los controles que ejercen los soldados  del Ejército  destacados en ese punto de control.

Durante los últimos días las  colas de vehículos en sentido Peracal-Peaje se han convertido en un obstáculo, donde la gente pierde de una a dos  horas para cruzar  dicho  punto de control del Ejército. En determinados  momentos,  sobre todo en las  horas pico,  las innumerables filas de vehículos que se originan  por la amplitud de la calzada,  se extienden desde el  Peaje hasta cerca de la alcabala de  Peracal de la  Guardia Nacional.

En los  tres  canales de circulación, los soldados prácticamente revisan vehículo  por vehículo,  lo que hace extremadamente lento el paso. No hay requisa  selectiva,  y si  han de chequear el equipaje o  las bolsas  de mercado que lleva algún pasajero,  lo hacen   sobre el mismo  canal de circulación, aun cuando  hay espacio suficiente para  apartar  el carro hacia el costado de la vía.

Los viajeros y trabajadores que diariamente se desplazan hacia San Antonio, Ureña o Cúcuta  dicen  que las colas  son insoportables,  ya que no hay fluidez.  Además, quien va hacia Cúcuta  también debe  soportar la  larga  cola  para atravesar los puntos de  control de la Aduana y  la  entrada al puente internacional Simón  Bolívar.

Igualmente, las familias de los municipios Bolívar y Pedro María Ureña que por  obligación deben acudir a  San Cristóbal a comprar los productos de la cesta básica, porque en la frontera venezolana  es muy poco lo que consiguen, continúan quejándose porque los soldados del Ejército  destacados en el punto de control  del Peaje  siguen  tratando a todos como “bachaqueros” o contrabandistas.

Además, cuando alguna familia lleva más de dos unidades de un mismo producto alimenticio los militares  quieren retenerlos, aduciendo que no está  permitido. Madres y padres de San Antonio y Ureña  dicen que no  saben qué hacer para  alimentar a su grupo familiar,  porque en los comercios de la zona pocas  veces encuentran  artículos como harina de maíz,  azúcar, arroz, aceite  y otros  rubros de  primera   necesidad. Si  corren con suerte  y en los comercios de San Cristóbal  logran que  les vendan más de  dos unidades de estos  productos,  corren el riesgo  de que en el peaje  los soldados  retengan el mercado.  

Dicen que hay grupos  familiares que están integrados por 7, 8 o incluso más personas, y por supuesto que dos kilos de harina  precocida  no alcanza  para  el consumo de la semana.  “Nosotros no podemos  estar  subiendo día por medio a San Cristóbal  a comprar dos  kilos de harina, y cuando  hacemos las compras  semanales  y por  suerte  logramos que nos vendan más de dos kilos,  entonces  los soldados  los quieren quitar  con el pretexto de que es contrabando. Eso es un abuso”, comentó  una madre de familia  que pasó por esa situación.

Agregó que las autoridades militares que  comandan a los  soldados del Ejército destacados en los puntos de control de la frontera, Defensoría Pública y demás órganos correspondientes,  deben de revisar  esta situación y también  verificar qué  hacen con la mercancía que el Ejército  retiene en la frontera,  porque  hay muchas dudas al respecto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Realice su comentario, Villanoticias ha decidido habilitar la moderación de comentarios, por tanto Villanoticias se reserva el derecho de aprobar o desaprobar los comentarios.
La Invitación es a comentar dentro de las reglas fijadas para los comentarios