Obreros de los renglones del calzado, cuero y tabaco de San Antonio, ante la disminución de las plazas de trabajo, han migrado hacia la industria de la construcción que durante el transcurso del año ha ocupado un importante número de trabajadores, debido a las obras que adelanta principalmente el sector privado.
El secretario de organización del Sindicato de la Construcción en el municipio Bolívar, Eloy Arturo Marciales, explicó que afortunadamente en este sector se mantiene una oferta de empleo considerable. “Cuando estamos iniciando el último trimestre del año, podemos decir que los trabajadores de la construcción han encontrado fuentes de empleo, sobre todo en proyectos habitacionales, construcción de locales comerciales, expansión de empresas del sector privado, ya que en el municipio Bolívar no se ha visto un avance de la inversión pública”.
Las fuentes de trabajo que ha habido en las obras de construcción ha permitido ocupar a personas que trabajaban en la industria del calzado, cuerpo, fábricas de tabaco, entre otros, que se quedaron sin empleo por el cierre o semiparalización de estas fábricas. Marciales estima que entre 2 mil y 2 mil 500 trabajadores laboran actualmente en el sector construcción en el municipio Bolívar. Refirió que incluso jóvenes que laboraban como mototaxistas, debido a la proliferación de este servicio, migraron a trabajar en la industria de la construcción.
Gracias a la inversión privada, a partir del tercer mes del presente año se reactivó la industria de la construcción y permitió abrir oportunidades de empleo para esos trabajadores. Se abrió espacio para personas que vienen de otros sectores laborales de la frontera.
Marciales estimó que 85 por ciento de los obreros de la construcción han sido ocupados de una u otra manera, ya sea por cobro de salarios, prestaciones y beneficios contractuales, otros con salario integral, otros por tarea, contrato o metraje, en el sector construcción en el municipio Bolívar.
Asimismo, manifestó que en los últimos dos meses se ha observado una mejoría en el suministro de materiales venezolanos para la industria de la construcción en el municipio Bolívar, y cuando no se consiguen aquí, el inversionista ha recurrido al mercado colombiano para encontrar, por ejemplo, el cemento. El saco de cemento venezolano lo han comprado a 700 u 800 bolívares, mientras que el colombiano puesto en San Antonio cuesta entre 900 y mil bolívares.
“Lo que sí podemos afirmar cuando estamos empezando el último trimestre del año 2014, es que la administración pública tanto municipal como regional y nacional, salen raspadas este año en lo que se refiere a generación de fuentes de empleo en el sector construcción, porque es muy baja la inversión que se ha hecho en obras. Lastimosamente para el municipio Bolívar prácticamente no ha habido ningún tipo de inversión fuerte en obras de construcción por parte de los entes gubernamentales; apenas se iniciaron algunos trabajos en la vía Peracal-Rubio, del kilómetro 1 al kilómetro 19, con recursos del Gobierno Nacional y regional, pero quedaron a medias”, dijo el dirigente sindical.
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