Trágico cierre de fronteras

Por: David Corredor Cuellar - Director del MSBColombia

Los cierres de fronteras, con el tiempo, se han convertido en el mayor obstáculo para la integración de los pueblos. Los pasos fronterizos son convenios entre naciones para la vida tranquila entre pueblos vecinos.

Cada que hay eventos electorales o crisis sociales, a lo primero que se acude es a afectar el sagrado libre tránsito de personas, cerrando la frontera. Hombres y mujeres de frontera somos los primeros afectados con medidas de fuerza, tomadas en Caracas y Bogotá.

Cerrar los pasos fronterizos a cualquier hora, por cualquier razón es una molestia insoportable. Toda la vida, desde épocas prehistóricas, la zona fronteriza Táchira, Mérida, en Venezuela, y Cúcuta y el Área Metropolitana, en Norte de Santander, ha sido una sola topográfica, geográfica, histórica, étnica, económica, antropológica, cultural y espiritualmente.

Pretender ejercer controles policivos y militares en la zona de frontera, desconociendo esa realidad, nos retrocede en la aplicación de los derechos universales a convivir en progreso, paz y fraternidad.

Hay muchas maneras de combatir el contrabando. Una de ellas es detectar y cerrar las cientos de trochas controladas por delincuentes de ambas naciones.

Somos de la Colombia de Miranda y la Colombia de Bolívar. Todos somos colombianos. Una cosa es combatir el contrabando que hace daño a cualquier país, y otra, atentar contra la integración de los pueblos que se ha forjado luego de siglos de luchas.

El 95 por ciento del contrabando no pasa por los puentes fronterizos convenidos. En Colombia somos 48 millones de ciudadanos honestos y trabajadores. Los delincuentes son muy pocos. Los únicos que levantan muros xenofóbicos y cierran fronteras son los yanquis imperialistas en la frontera con México y los criminales judíos sionistas para aislar a los palestinos.

Colombia sufre los rigores de la tragedia del capitalismo, que reina en el mundo. Con algo de paciencia y tranquilidad podemos recordar que una de las bases del modelo capitalista es la aplicación de la ley de la oferta y la demanda. Los precios y el mercado determinan los negocios. Mientras haya capitalismo habrá delitos financieros.

Los puestos fronterizos son convenios entre pueblos. No hay efecto sin causa. Ataquemos las causas y no los efectos. El problema del contrabando no se soluciona con el cierre de los pasos fronterizos convenidos, ni con medidas policiales contra el pueblo colombiano o venezolano.

Es tan delincuente quien vende contrabando como quien compra  contrabando. Que cierren las trochas cuidadas y vigiladas, y donde matraquean delincuentes   colombianos y venezolanos.

Lamentamos las desafortunadas palabras del general Vladimir Padrino López, jefe del comando anti contrabando, cuando dijo el 12 de agosto, que “recibimos apoyo masivo del pueblo decente por el cierre nocturno de los puentes fronterizos. El que salga a criticar esta medida entra en estado general de sospecha”.

EL MSBColombia manifestó vía de redes sociales la inconformidad con el cierre de fronteras como  método inútil para combatir el contrabando y por ello se ha desatado la más furiosa  xenofobia contra el pueblo colombiano utilizando graves y lamentables epítetos.

No todo lo que se compra de otro país se puede calificar de contrabando. Hasta 1983, en Cúcuta el cambio del bolívar estaba a $ 17. Acá nunca hubo escasez. Los venezolanos venían y se llevaban todo y a nadie se le ocurrió cerrar la frontera con Venezuela.

La solución al delito la deben encontrar los venezolanos sin violar derechos adquiridos. Somos respetuosos de la soberanía y la dignidad del pueblo bolivariano. Desde el MSBColombia tenemos sugerencias de solución a corto, mediano y largo plazo. En varias ocasiones nos hemos puesto a disposición del PSUV, gobernador Vielma Mora y diputado Diosdado Cabello y seguimos a la espera de respuestas.