05 noviembre 2012

A Nariño le montaron una película de acosador sexual



La Bagatela vista actual.( Foto Johanna Campo/La Opinión)..
Sirvió de Casa de Nariño y a la vez de Capitolio Nacional, porque en el siglo XIX la Bagatela, en Villa del Rosario, tenía dos pisos y cumplía la misión de albergar al Gobierno y al Congreso.

Detrás de ese telón histórico y político, la casona de mediados del siglo XVIII guarda parte del pasaje de una estrategia de desprestigio contra el precursor Antonio Nariño.

Al pasar en carro o en bus por aquel lugar, en el siglo XXI muchos no saben que en esa casona blanca estuvieron Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y otros héroes de la historia patria.

En el testamento del general Pedro Fortoul, primo de Santander, aparece como de su propiedad una casa localizada donde está Bagatela. La mitad era de tapia y el resto de bajareque y teja. Cuentan los relatos que allí funcionaba una tienda  y que allí nació el militar rosariense, el 27 de mayo de 1780.

Acelerando el paso de las manecillas del reloj, hay que saltar al Congreso de Angostura (Venezuela), el 17 de diciembre de 1819, cuando se determinó el surgimiento de la Gran Colombia (Colombia, Ecuador y Venezuela), con capital en Villa del Rosario.

El vicepresidente   Juan Germán Roscio emitió un decreto el 20 de noviembre de 1820 para dar la orden de traslado del Gobierno a Villa del Rosario, para que el Congreso Constituyente iniciara sesiones a partir del 1 de enero de 1821.

Luego de mirar aquí y allá en búsqueda del sitio adecuado para el montaje del Palacio de Gobierno, se hizo contacto con María del  Carmen Ramírez, quien facilitó la casa que hoy se conoce como La Bagatela. Para esa época era de dos plantas. Después de ser  destruida por el terremoto del 18 de mayo de 1875 cambió su estructura, siendo la de hoy absolutamente distinta a la gran casona bicentenaria.

Ocurrió que llegó la fecha para iniciar la Constituyente, pero muchos de los congresistas no llegaron. Roscio motivó a los habitantes del poblado diciéndoles que será recordado por materializar el sueño de Bolívar de fusionar a tres naciones en una.

Después de esa acción política ocurrida el 15 de febrero de 1821, Roscio permaneció en Villa del Rosario para poder instalar el Congreso. Sin embargo, hubo un giro inesperado.

En la zona se desató una epidemia de fiebre amarilla que les arrebató la vida a muchas ilustres figuras. El 10 de marzo de 1821 la enfermedad se llevó a Juan Germán Roscio. El mismo destino fatal le esperaría a otro vicepresidente  enviado por Bolívar. Era Luis Eduardo Azuola y Rocha a quien la fiebre también llevó a la tumba.

Otro vicepresidente

Otra carta que se jugó Bolívar para llevar a feliz término el Congreso Constituyente de 1821, fue la del precursor Antonio Nariño, que acababa de salir de la cárcel.

Le dio el título de vicepresidente de la Gran Colombia y lo despachó para estas tierras, a donde llegó el 27 de abril de 1821.

En mayo firmó un decreto en el primer piso de La Bagatela para que en la segunda planta de esa vivienda empezara a deliberar el Congreso de la Gran Colombia. Así lo hizo porque ya en esa localidad estaban 57 diputados y  los ministros de Relaciones Exteriores y de Gobierno.

El seis de dicho mes, los legisladores se fueron hasta el Templo Histórico a la misa del Espíritu Santo para la instalación del Congreso de la Gran Colombia.

En la villa hubo celebración durante tres días. El alborozo patrio se tomó a los barrios que la formaban: El Rastrojo, Sogamoso, Bochalema, El Pueblito, El Tamarindo y Los Ejidos, que es donde se levantó el Villa del Rosario actual.

Sobre las sesiones de la corporación, el historiador Luis Gabriel Castro en el libro La capital de la Gran Colombia, reseñó que se hacían en la segunda planta de La Bagatela, entre las 9:00 de la mañana y las 2:00 de la tarde.

Otro episodio que vigorizó la importancia histórica de la edificación es aquél correspondiente a septiembre de 1821 cuando se designan como presidente y vicepresidente de la Gran Colombia a Bolívar y Santander y el 2 de octubre determinó que al otro día se posesionaran.

Historiadores han dejado en claro que La Bagatela rosariense no tiene nada que ver con el periódico antimonárquico que dirigió Nariño. Allí se hizo fue la Gaceta Oficial de la Gran Colombia, donde se daba a conocer todo lo relacionado con el Congreso que deliberó allí.

¿Nariño el acosador?

Antonio Nariño se cruzó con ‘la viuda’ inglesa Mary Courthope Ballard, que vivió con James Towers English, un militar británico que ayudó a reclutar soldados ingleses para luchar en el Ejército Libertador comandado por Bolívar.

De grandes ojos oscuros enmarcados por unas cejas perfectas sobre un cutis blanquísimo, rostro angular del cual se destaca su bella nariz y una boca con labios harto sensuales, busto generoso y cintura pequeñísima, es la descripción que  de la dama inglesa se hace en el libro Nariño y el caso de la viuda inglesa, de Juan Vitta Castro.

A English, en Margarita (Venezuela) la fiebre amarilla lo derrotó y llevó al lecho de muerte el 26 de septiembre de 1819. Mary quedó en tierras americanas desamparada y haciendo reclamos de millonarias indemnizaciones.

Nariño, con su natural bondad, accedió de inmediato a recibirla y hasta alojarla en su propia casa, sin sospechar siquiera que de todo esto se generaría un episodio de intento de seducción forzosa y de chantaje a la bella mujer, como lo escribió Vitta.

Al más alto funcionario de la Gran Colombia la inglesa vino a pedirle la indemnización por la muerte de su marido, el pago de los sueldos atrasados que el Ejército Libertador le debía y la pensión.

De Nariño, Mary recibió un no, puesto que los asuntos relacionados con la economía y manejo de dinero los manejaban otras esferas gubernamentales que se encontraban asentadas en Santafé, muy lejos de esta tierra.

Al salir del despacho de La Bagatela, ella se fue a buscar al general irlandés John Devereux. Resulta que por toda la villa y la Gran Colombia se empezó a correr la versión de que a Nariño se le fue la mano con la inglesa.

“Al más caro de nuestros próceres se le pretende inventar una aventura senil con una vieja pedigüeña que reclama, detrás de los ejércitos libertadores y de los primeros congresistas, una pensión como viuda de un soldado de fortuna que acompañó, sin pena ni gloria, a los ejércitos del Orinoco y de Apure”, se lee en el escrito del presidente Alberto Lleras Camargo, que leyó en la sesión solemne de la Academia de Historia del 9 de abril de 1965, en el Teatro Colón de Bogotá.

Y a tal extremo fueron llevadas las cosas que hasta Devereux retó a Nariño a una especie de duelo por haberle faltado al honor y al respeto a su paisana viuda. “Era con sorpresa, mezclado con sentimientos de indignación que he sabido de la extraña y sin igual  conducta de su excelencia, insultando la señora viuda del general English”, le escribió el irlandés, en tono indignado.

La explicación de Antonio Nariño sobre lo ocurrido aparece en una carta que le enviara al Libertador Simón Bolívar: 

“Una señora inglesa que dice ser la viuda del general English y que después de haber vivido en mi casa con un coronel inglés que la acompaña, ha querido que se les pague la casa y se les de dinero a carretadas; ayer me saltó nuevamente y le contesté el estado en que estamos, añadiéndole que todo el mundo notaba aun el que le pagara la casa, pues estaba viendo que continuamente compraba y mantenía porción de caballos, lo que no denotaba una gran miseria”.

Al considerar una falta de respeto contra la institucionalidad, Nariño mandó a encarcelar a Devereux, diciendo que lo iba a enjuiciar para que sirviera de ejemplo y le “quite la gana a estos aventureros de venirnos a tratar como tratan a sus colonos de las indias orientales”.

El cierre del episodio

Cuatro párrafos tomados del libro Nariño y el caso de la viuda inglesa, sintetizan el cierre de este oscuro pasaje.

-En el Congreso Constituyente Devereux tenía un poderoso grupo de aliados como don Pedro Gaul, don Vicente Azuero y don Diego F. Gómez, entre otros.  Ese bloque quiso enlodar el nombre de Nariño, haciendo correr la especie de su falta de respeto hacia la viuda English, hecho que, por las pruebas, jamás existió.

-En todo caso para el Precursor que socavó su precario estado de salud. Esto se sumaba a los ataques contra sus ideas y contra todo lo que llegó a proponer. Nariño presentó su renuncia a la Vicepresidencia y emprendió su último viaje hacia Villa de Leyva.

-La viuda Mary English logró que la deuda le fuera reconocida, aunque no pagada y obtener reconocimiento en la sociedad inglesa.

-Después de haber estado en Londres, la mujer regresó a estas tierras terminando convertida en ama de un par de haciendas ‘Pescadero’, en vecindades de Cúcuta, dedicadas al cultivo de cacao.

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